Ser Sur Acá
Oí hablar por primera vez del gordo Chimirri al poco tiempo de instalarme en Buenos Aires,
cuando el ya llevaba más de una década viviendo
en Barcelona. De forma irregular su extrema
personalidad apareci
ó durante los siete años que viví en la ciudad. En el despacho del director
de Clarín en aquellos dias, Roberto Guareschi:
“al poco de llegar a Madrid se pidió un bife
en un bar, cuando vio el filetito de carne que ustedes llaman bistec llamo al camarero: escúcheme
yo voy a venir a comer aquí cada día y usted me trae un bife, eso es 500 gramos de carne bien
cortada. Hoy el bar sigue ofreciendo en
su carta el bife Chimirri”.

Mateando con el turco –"turco? laputaquetepario!"- Bedoian:
“el gordo solía andar por los
boliches
de la avenida Corrientes buscando enanos, mujeres barbudas, siamesas y tragasables
para el Circo
Ruso que decía representar. Luego nos citaba a los amigos para ejercer de jurado
del casting
que los aspirantes debían pasar.”

En una generosa sobremesa con el colorado Kirchsbaum en La Caballeriza: “Lo levantamos
de la vereda Roberto y yo. Al Gordo lo habían dejado,
literalmente, de color negro. Le pusimos
100 dólares
en el bolsillo y lo metimos en un avión a Madrid sin billete de vuelta"

Se terminaban los setenta, años de plomo en Argentina, años de esperanza en España. El gordo
llegó como tantos de sus compatriotas en aquellos años, huyendo de un país que puede ser
generoso
y terrible a partes iguales. La España gris de aquellos años se benefició de aquellos
intelectuales
cosmopolitas y, generalmente, comprometidos social y políticamente. Individuos
como América Sanchez,
Pavlovsky, Alberto Szpunberg y, claro, el gordo Chimirri, entre
tantos otros, supieron encontrar
en Barcelona un espacio para ser ellos mismos, contribuyendo
a que su ciudad de adopción fuera
más rica, más abierta, más diversa, más humana al fin.
Fue por las palabras de sus amigos que germinó en mi el mito del gordo en el exilio. Como todo
buen mito no tenía cara, hasta que coincidimos en El Periodico de Catalunya el año 2000.
El era el editor del suplemento Dominical y yo me encargaba de la infografía dentro del proceso
de rediseño que atravesaba el diario. Nos cruzamos pocas veces y las conversaciones fueron vagas,
pero yo ya lo conocía, es más, lo
admiraba. Formaba parte de mi Argentina, como el mate, la
sensación térmica, los alfajores
o las morochas. Desgraciadamente –por los motivos a los que se
han debido- a esa primera gran
inmigración argentina siguieron otras, la última tras el corralito
y el que se vayan todos.
Un amigo, venido en esa última oleada, me lo grafico con sorna incontestable:
”Gallego, ustedes
la hicieron buena: nos mandaron analfabetos y les devolvemos doctorados”



'Que se vayan todos!'
Asalto al Congreso Argentino en llamas


A Rapa, actual Director de Arte de diario Público, lo conocí en Buenos Aires al poco de llegar.
A diferencia
de la mayoría de sus compatriotas, emigro a Barcelona sin más motivo que el afán
por conocer mundo. Al poco
de llegar empezó a crear, como anteriormente hicieron otros
argentinos, un espacio propio y rico en anécdotas.



Sofía y los Pistols
Desde Público Rapa a diseñado algunas de las mejores portadas de prensa de los últimos años

Se enamoró del día de Sant Jordi, la festividad primaveral en la que todo catalán regala una
rosa y un libro. El primer año edito tres libros distintos: los pensamientos completos de George
W. Bush, Francisco Franco y Jose Mª Aznar, encuadernación en tapa dura para 250 páginas
totalmente en blanco. Un éxito para el puestito sin papeles que Rapa y amigos instalaron en
plena Rambla barcelonesa. Al año siguiente algo más elaborado: Correo Basura, una delirante
recopilación de los mejores spam que tu correo haya recibido jamás. Una iniciativa que le llevo
al programa de Buenafuente



Un gorila -de los buenos- en las Ramblas
Rapa firmando ejemplares de Correo Basura


Rapa tiene corazón de editor, el tercer libro y, sin lugar a dudas el más interesante desde el contenido
y la apuesta gráfica es Antifichus. Elaborado conjuntamente con sus dos hermanas, Andrea y Sole,
Antifichus es un álbum de 500 figuritas, un antimanual, que recorre visualmente los momentos clave
de la historia argentina de los últimos 200 años



"¿Quien es el dueño de la historia? Esta es nuestra visión."
Portada de Antifichus. Edita Pequeño Editor, editorial nacida y conducida por otro grande: Diego Bianki

200 años re-diseñados
Por si el libro fuera poco, ahora también esta la exposición. Casa América del 16 de diciembre al 27 de febrero





Colón 'descubre' América -¡como si antes no existiera!-. 'Quelopario' diría Mendieta


En tiempos de corralito corría una frase por Buenos Aires: 'Argentina tiene una salida: Ezeiza'


Para cualquier porteño los skates son una herramienta fundamental, hay que estar listo para deslizarse
de la bonanza a la crisis del modo más suave posible





Argenchino
A Buenos Aires me llevé dos libros: Arte Popular Norteamericano y Feu Vert de Ever Meulen,
la influencia de este artista belga del cómic y la ilustración era notable en las primeras obras
que El Niño Rodríguez publicó en Clarín. Hoy es un artista con un estilo inimitable y con una
capacidad para captar la realidad de su país única



El 19 de diciembre de 2001, el minimercado de Wang Zahoe en Ciudadela, provincia de Buenos Aires,
fue víctima de uno de los saqueos. La escena dio vuelta al mundo: un chino en la Argentina –Wang-
lloraba desconsolado entre las ruinas de su negocio, mientras que, por detrás, un desclasado corría
robándose un árbol de navidad completo. La leyenda urbana dice que Wang se suicidó, pero está vivo



Zambita desde el infierno. Con la voz de Massera. El Niño Rodríguez







Ilustraciones de El Niño Rodríguez para Clarín publicadas el año 1998




La vaca es algo más que un rumiante
Federico Peralta-Ramos alcanzo su cumbre artística cuando gano la beca Guggenheim en 1968.
Hijo de terratenientes, la leyenda cuenta que se gasto los 10.000 dólares de la época, comprando
el toro ganador de La Rural, para luego asarlo y comérselo con sus amigos. La historia no es cierta,
pero la leyenda sigue resultando escandalosa en un país donde, todavía hoy, ganado es tierra
y tierra dinero



Peralta Ramos, arte argentino en la televisión



Evita Alfonsinista
Jorge Alderete -también conocido como Dr. Alderete-, es el creador de este paricularísimo retrato
de uno de los más poderosos iconos argentinos, Evita Perón saludando al modo de otro icono
en las antípodas ideológicas: Raul Alfonsín








Rapa me convoco para participar en el libro y en la muestra, en ambos casos me entusiasme
primero y no cumplí después. No obstante el ha incluido -inmerecidamente- una pequeña
obra mía: un 'rediseño' de una portada de un libro sobre el Che


Este trabajo me dio pie a una de mis columnas
dominicales para La Vanguardia.




El icono hecho de iconos. Extraordinaria obra sobre
el Che hecha con logos de multinacionales. Obra
de Patrick Thomas.




El retrato originalmente fue un encargo
para ilustrar la portada del suplemento
económico de La Vanguardia, cuando Rosa Mundet
coordinaba las ilustraciones del rotativo




Lámpara de techo hecha con bolígrafos Bic.
Grandes inventos argentinos: el dulce de leche, el colectivo,
la huella dactilar, el alambre de espino y la birome.

Lo que en España llamamos bolígrafo en Argentina se
conoce como birome,
en honor a Ladislao José Biro,
el húngaro-argentino que la inventó.

Sobre este tema publicamos hace años en Clarín
una infografia a doble página.

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Las hermanas Carballo, Andrea y Soledad, autoras
junto a su hermano Rapa del libro, revisando
la muestra antes de la inauguración
.
Andrea Carballo es historiadora, a su cargo
estuvo el contenido de las infografías
de
Historia visual de la Argentina, editada
por Clarín.

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