Hay días en que me pregunto -si, tengo esa mala
costúmbre- donde iremos a parar. Concretamente
donde iré a parar yo. Largarlo todo a la mierda y
desaparecér ya no es una fantasía recurrente, supongo
qué por haberla llevado a cabo un par de veces, pero
"la imaginación, que gasta y consume a los hombres
más que la propia vida" viaja primero -inversamente
al alma, que siempre llega más tarde- y me lanza
a imaginar ese espacio ideal. Sin embargo mi mente
busca una respuesta científica. Datos que me
aseguren una elección correcta. Busco una respuesta
estadística a un dilema personal -como el que cree
tener la polla pequeña y busca su normalidad en
la media nacional-.
Si el orden en que aparecen los resultados de Google
se debe al número de visitas, a los links que reciben
de otras páginas, en definitiva, a la veracidad que
se les supone; si hago, pues, una búsqueda de
imágenes de un país determinado, los resultados
serán representativos de este. Un ejercicio de
reduccionismo. Una serie de iconos. Los iconos
de un lugar. Y si agrupamos estos iconos en conceptos
tendremos unos valores. Entonces, pues, podremos
elegir acorde a nuestros deseos.
Hice la búsqueda.
Sorprendentemente los resultados se podían agrupar
en solo cinco grupos -alguna de las imágenes podían
pertenecer a más de uno de los grupos-:
- Paisajes. Ya sean urbanos o naturales
- Cultura
- Símbolos nacionales. Banderas, escudos y mapas,
principalmente.
- Gente, o más concretamente mujeres. Dios sabrá
por que no aparece un solo varón.
- Cosas raras. Una pequeña muestra inclasificable
en ninguno de los anteriores rubros.
Uno cree estar preparado para morirse pero
no para que le corten un huevo. Era presumible
que el nacionalismo ganára en todos los países,
pero no que fuera, precisamente, Japón el país
que más se acercase a mi ideal -poco nacionalismo,
poco paisaje, comida por cultura y nutrido y
variado grupo de mujeres-.
Este blog NO garantiza que tu búsqueda se
corresponda con la aquí presentada.